Saltar al contenido
  • por

Fuente: lainformacion.com

Los expertos en la lucha contra los ciberdelitos recuerdan que dejar la clave que viene por defecto de los equipos conectados a Internet es como dejar la puerta de casa abierta.

El peligro de no cambiar las contraseñas genéricas. En muchos hogares casi siempre hay una puerta abierta para los ciberdelincuentes. Es el router. ¿Alguna vez ha cambiado la contraseña que viene por defecto? Es un paso que nos puede ahorrar más de un susto legal pero que no siempre se hace, teniendo incluso la clave de la wifi en una foto del móvil para cuando queremos enganchar un nuevo terminal. Desde la Guardia Civil alertan de que muchas de las contraseñas genéricas con las que se instalan los router «ya están a la venta en listados de la web oscura», lo que da acceso a los delincuentes a utilizar nuestra red para cometer estafas a terceros o suplantar CTARÁ el equipo o dispositivo donde se ejecute.

La seguridad de nuestra red doméstica depende en buena medida de las contraseñas elegidas para proteger tanto el router como la red WiFi. Como sabemos, las contraseñas por defecto de los fabricantes son el origen de muchos problemas y agujeros de seguridad masivo que han derivado en campañas de hacking o malware a nivel mundial. Por todo ello, cambiar la contraseña de la red WiFi y del router , representa un sencillo gesto que nos puede ahorrar muchos problemas en el futuro. (consúltenos sin compromiso).

Explican desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) que cuando contratamos una conexión a Internet con un proveedor de servicios, ésta queda asociada a nosotros, asignándole una dirección IP que nos identifica dentro de Internet. Cualquier acción realizada desde esa dirección IP lleva a la persona que contrata el servicio: nosotros. Y ya no solo por los problemas legales a los que nos enfrentemos, porque al final tendríamos que demostrar que nosotros no somos los responsables de tal acto, sino que «una configuración inadecuada de nuestra red inalámbrica puede permitir a un atacante robar la información que transmitimos», como otro de los problemas. Es el peligro de no cambiar las contraseñas genéricas.

Una vez los ciberdelincuentes han accedido a nuestra wifi pueden utilizar nuestra red a su placer y podrían intentar acceder a todos los dispositivos conectados a la red. Esto implicaría darle acceso a toda la información que guardemos en los ordenadores, las tablet o los móviles que tengamos en casa, donde seguro hay alguna aplicación bancaria, algunos correos de la empresa, algunos datos personales… con los que ellos podrían llegar a nuestras cuentas bancarias y acabar solicitando algún préstamo a nuestro nombre o secuestrarnos la información del ordenador y pedir a cambio una recompensa si no queremos que desaparezca para siempre.

Explican en Incibe que para utilizar nuestra conexión WiFi, los intrusos aprovechan una incorrecta configuración de seguridad en el router. Según el método de seguridad que utilicemos, ofreceremos más o menos resistencia, pero conseguirán conectarse sin problemas si presentamos una serie de debilidades como por ejemplo tener la red abierta. Ahora ya no es tan frecuente, pero aún es posible encontrar alguna red inalámbrica que no solicita clave de acceso y está disponible para cualquier usuario. Otra de las cosas que tendremos que vigilar será si la clave de la wifi es débil. Es posible que la red cuente con un sistema de protección robusto y correcto pero también resultará vulnerable si la clave de acceso no es lo suficientemente compleja. Y el primer error en este caso es dejar la que viene por defecto porque «antes o después será conocida en Internet».

Una vez queda claro que las contraseñas de los router, para aumentar la seguridad en el hogar, hay que cambiarla porque la original suele ser sencilla -‘123’ o ‘pasword’- y es la que se necesita para acceder al panel de administración y configurarlo -viene indicada en las instrucciones-, otra de las advertencias que se hace desde Europol es elegir contraseñas robusta. La extensión y utilización de mayúsculas, minúsculas, signos y números de las que vienen genéricas tienen un sentido, y es evitar que se puedan hackear. Otra de las indicaciones que aportan los expertos es la de cambiar también el nombre de nuestra red por uno que no sugiera cuál es nuestro operador y que no guarde relación con la contraseña de acceso a la red.

Para lograr un hogar ciberseguro también recomiendan instalar un antivirus en todos los dispositivos conectados a la red, revisar los permisos de las aplicaciones y eliminar las que no se utilicen, realizar copias de seguridad de los datos y actualizar regularmente tu software, asegurar los dispositivos con contraseñas, PIN o información biométrica y revisar la configuración de privacidad de las redes sociales.

Por último, apagar el router de vez en cuando, sobre todo cuando no vamos a estar en casa, evitando así que si algún ciberdelincuente lo está utilizando siga haciéndolo. Es otra forma de evitar que esté enganchado algún vecino que nos ‘okupa’ la red y que en ocasiones puede ser el causante de que de repente todos los miembros de la familia se crean que tienen un problema puntual ese día porque van más despacio y en realidad es que se les ha ‘añadido’ uno más al uso de la wifi.

Si queda aclarado el peligro de no cambiar las contraseñas genéricas, consulta con un técnico cualificado (consúltenos sin compromiso).

Consúltenos sin compromiso